Libro apócrifo de Adán y Eva
El Libro de Adán y Eva es un registro agádico ampliado de la caída y del arrepentimiento de Adán y Eva. Es probable que el original tal vez en arameo fuera compuesto por un judío en el siglo I a.C y reelaborado por manos cristianas. Es considerado libro apócrifo, tanto el primero como el segundo. Estas particiones encontradas de la vida de Adán y Eva nos dan una visión muy minuciosa de ellos, tanto de su arrepentimiento como de su existencia.
El conocimiento de estos textos es la revelación de predicciones, del habla con Dios y de la dura vida que ambos llevan a cabo. Se refleja a Adán y Eva más humanos, se revelan presencias de arcángeles no mencionados en la biblia antes y las tentaciones de Satanás, las cuales se descubren, que no paró solo en la expulsión del Edén. En el capitulo 1, apartado 3 nos damos cuenta de que la frase habla de la limpieza del alma, como un hombre puede limpiarse en el agua, sin duda hace referencia al bautismo, sacramento que no se llevaba a la practica. Pues se realizaría por primera vez por San Juan Bautista, primo de Jesús en el año 33 d.C. El bautismo fue una vez un rito religioso pagano practicado entre los pueblos de la antigüedad y también entre los judíos. La palabra bautismo es de origen griego que significa sumergir, tal y como habla la limpieza en este apartado del libro de Adán y Eva. En el apartado 4 especifica claramente: "Se bañarán en las aguas de ese mar, y se arrepentirán de sus pecados."
El conocimiento de estos textos es la revelación de predicciones, del habla con Dios y de la dura vida que ambos llevan a cabo. Se refleja a Adán y Eva más humanos, se revelan presencias de arcángeles no mencionados en la biblia antes y las tentaciones de Satanás, las cuales se descubren, que no paró solo en la expulsión del Edén. En el capitulo 1, apartado 3 nos damos cuenta de que la frase habla de la limpieza del alma, como un hombre puede limpiarse en el agua, sin duda hace referencia al bautismo, sacramento que no se llevaba a la practica. Pues se realizaría por primera vez por San Juan Bautista, primo de Jesús en el año 33 d.C. El bautismo fue una vez un rito religioso pagano practicado entre los pueblos de la antigüedad y también entre los judíos. La palabra bautismo es de origen griego que significa sumergir, tal y como habla la limpieza en este apartado del libro de Adán y Eva. En el apartado 4 especifica claramente: "Se bañarán en las aguas de ese mar, y se arrepentirán de sus pecados."
"Y cuando un hombre se lava a sí mismo en ella, se convierte en limpio en su limpieza, y blanco en su blancura, incluso si fuera oscuro. Y Dios creó ese mar a su buen parecer, porque él sabía lo que el hombre haría, y así una vez salido del jardín, con motivo de su transgresión, los hombres deberían nacer en la tierra. Entre ellos se encontrarán los justos que va a morir, y cuyas almas irán a Dios, y regresarán en el último día y volverán a su carne, y se bañarán en las aguas de ese mar, y se arrepentirán de sus pecados."
Libro de Adán y Eva, Capítulo 1, apartado 3 y 4
En el apartado 7, del capítulo 1, se especifica una situación geográfica donde Dios pone a Adán fuera del jardín. Dando por hecho que el jardín del Edén se encontraba en el antiguo golfo pérsico, en la zona sur, Mesopotamia se encontraba entre los ríos Tigris y Eufrates, sin embargo los cuatro ríos confluyen en el antiguo estado de Sumeria, por lo tanto Adán se encontraría al sur de la tierra de Mesopotamía, la actual Asiria. La expulsión del Edén es una metáfora del idílico estilo de vida del Neolítico del golfo pérsico. Cuando Dios les dice que no podrán volver y desaparece el jardín es por la etapa final de la última glaciación, lo que hace que el nivel del mar suba bruscamente y sumerja por completo el Edén, el mar superó las leves montañas y desbordó, sumergiéndolo todo.
"Por lo cual Dios no puso a Adán y a Eva, en el lado sur, para que no fueran capaces de oler su dulce aroma y olvidar a sí su transgresión y encuentren consuelo en el aroma y no se limpien de su pecado."
Libro de Adán y Eva, capítulo 1, apartado 7
En el capítulo 3, Dios le dice a Adán que no sería salvado, ni él ni su generación hasta que no pasasen 5 días y medio, Adán sin entender aquello, exige que le explique cuantos años son en realidad 5 días y medio, a lo que Dios contesta 5.500 años. Si contamos desde la aparición de Adán en el Neolítico, comprendidos entre el año 7.000 y 5.000 a.C, entendemos que Dios en realidad está prediciendole a Adán la venia de Jesucristo, pues según la Biblia, en el momento que Jesús muere en la cruz se salva la humanidad de sus pecados. Dentro del libre pensamiento religioso se pueden realizar muchas conjeturas respecto de todos los actores de los hechos acontecidos dentro de lo divino. Uno de los principales dogmas de fe en el mundo cristiano es la creencia de que Jesús, el Mesías, tuvo dentro de sus propósitos de venir a la Tierra en calidad de Hombre, como Hijo de Dios, para morir para limpiar el pecado de los hombres. Es tanto el prejuicio religioso que dicha creencia nos ha llevado a considerar que la sangre derramada por Jesús en la cruz es símbolo de que con su muerte pagó el pecado original cometido por Adán. Sin embargo, dentro de los Evangelios no se encuentra ningún pasaje o palabra en la cual Jesús mencione que con su muerte libraría o limpiaría al ser humano de los males que cometa en éste mundo terrenal.
"Sí, cuando la Palabra se guarde de nuevo, pasados los cinco días y medio y se vean cumplidos. Cuando Adán escuchó estas palabras de Dios, y de los grandes cinco días y medio, no pudo entender el significado de ellos. Adán estaba pensando que solo habría, cinco días y medio desde él, hasta el fin del mundo. Y Adán gritó, y oró a Dios para que se le explicara esto. Entonces Dios en su misericordia para con Adán, que lo hizo a su propia imagen y semejanza, le explicó, que estos cinco días y medio, son realmente 5500 años, y cómo es que vendría y lo salvaría a El y a sus descendientes."
Libro de Adán y Eva, capítulo 3, apartado 2-6
Más adelante del capítulo 3, en el apartado 10, cuenta cómo Adán pasa frente a la puerta del jardín del Edén, aquí supuestamente visualiza un querubín, pero no puede ser un querubín, puesto que en la frase siguiente se le califica de ángel.
En la jerarquía divina, los querubines jamás pueden ser ángeles, pues ellos poseen el rango más alto y los ángeles uno mucho más inferior. La angelología cristiana es la parte de la teología sistemática que estudia la naturaleza y la clasificación de los ángeles. Dentro de la doctrina general los ángeles son criaturas celestiales que fueron creados en la fundación del mundo y estos se dividen en Ángeles y Ángeles caídos. De modo que lo que Adán vio fue un ángel disfrazado de querubín, esto se respalda por el arma que dice poseer, más concretamente: la espada de fuego. Espada que sólo un determinado ángel puede portar, más específicamente un ángel o arcángel superior. Este ángel es el que siente pena de Adán y Eva y custodia las puertas del Edén. Podemos ver este mismo ángel portando su espada de fuego en la Biblia, expulsa a Adán y Eva del jardín en el Génesis 3:24.
"Y otra vez, cuando Adán fue por la puerta del jardín, y vio al querubín con una espada de fuego parpadeante en la mano, y que el querubín crecía enfadado y lo veía mal, tanto a Adán como a Eva, le tuvo mucho temor, y pensó si esto significaba la muerte. Así que cayeron sobre sus rostros, temblando de miedo. Pero en realidad, el ángel tenía pena por ellos y mostrando misericordia, subió al cielo y orando al Señor, dijo:"Señor, me enviaste a ver la puerta del jardín, con una espada de fuego."
Libro de Adán y Eva, capítulo 3, apartado 10-12
En el capítulo 4, Adán y Eva se dirigen a una cueva supuestamente que Dios les da, sin embargo, por la descripción de esta podría tratarse de cualquiera. Lo más importante del capítulo es una reseña que hace en el apartado 8 y 9 sobre la visualización que el hombre tiene, pues explican cómo ellos ven cosas que el ser humano actual es imposible de que vea. En el apartado 8 especifica claramente: "Nuestros ojos antes miraban ángeles en el cielo, y ellos también a nosotros." Pruebas científicas han demostrado que el niño infante hasta los 7 años de edad es capaz de ver cosas que otros no podemos. Según Ana Mercedes Rueda también explica que los niños pueden percibir a los ángeles de diversas maneras. A veces ven chispitas de luz blanca, círculos de color blanco o de otras tonalidades o, incluso, pueden verlos con grandes alas blancas. La comunicación no se hace a través de palabras sino de vibraciones y, según cuentan expertos en ángeles y quienes han establecido contacto con ellos, es más probable que se revelen ante quienes tienen un corazón limpio. Por eso, es tan sencillo para ellos manifestarse ante los niños. En el momento en que se unen infantes y ángeles es cuando, por lo general, los bebés sonríen y los pequeños comienzan a hablar de su amigo imaginario que los visita en el juego. Adán y Eva hacen referencia a ellos, su alma era tan pura que incluso a los ángeles podían ver, sin embargo, una vez cometido el pecado, en palabras de hoy, la madurez, los ojos se hacen humanos y somos incapaces de ver nada espiritual.
"Y dijo Adán a Eva. Nuestros ojos antes miraban ángeles alabando en el cielo, y ellos también a nosotros, sin cesar. Pero ahora no vemos como lo hacíamos; nuestros ojos se han vuelto de carne y no pueden ver como antes. Dice de nuevo Adán a Eva, ¿Cuál es nuestro cuerpo el día de hoy, en comparación con lo que fue en los antiguos días, cuando vivíamos en el jardín?"
Libro de Adán y Eva, capítulo 4, apartado 8-10Estudio realizado con la colaboración de Desirée Sánchez.
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