Visiones apocalípticas de Israel
El libro de los sueños, es un libro del cual Enoc se basa para contar predicciones a modo de metáforas. Es decir, él ve cosas que ocurrirán, pero se les muestra en un sueño de manera ambigua para su interpretación.
Comprende los capítulos 83 al 90, refiere dos visiones apocalípticas obtenidas por Enoc en sueños; la primera simplemente anuncia que la Tierra será destruida y la segunda es una historia de la humanidad y de Israel hasta el fin de los tiempos, en la que los actores son representados como animales simbólicos. El libro data escrito alrededor de los años 161 y 125 a. C. Si bien la primera visión se la narra Enoc a su hijo, Matusalén y explica claramente como tiene una visión de la Tierra destruida. Los hebreos tenían una visión muy apocalípticas de cómo la venida de Dios y el fin de los días siempre estaría próximos, se basaban en destrucciones totales, siendo la mayoría de estas destrucciones solo en áreas concretas, como la visión del Diluvio, que sólo ocurrió en Mesopotamia, no en toda la tierra. En la apocalíptica judía hay una palabra clave: Mesías. Su figura, más o menos velada, aparece a lo largo de la literatura espiritual de esta tradición tanto canónica como apócrifa. La luz de Dios irrumpirá desde una fuente trascendente, destruirá la historia y la transformará por completo. Las tradiciones describen la atmósfera que precederá la llegada del Mesías como un tiempo de guerras mundiales, revoluciones, epidemias, hambre y catástrofe económica, apostasía y olvido de Dios. Las visiones de entonces se han resguardado hasta el momento, haciéndole creer a la gente que todas las supersticiones son reales. Simplemente es una base en la que según ellos, la venida de Dios será algo malo al mundo, algo arrebatador en la que nadie tiene escapatoria. Una idea muy primate del fin del mundo.
"Tuve dos visiones antes de casarme, la una bastante diferente de la otra: la primera cuando aprendía a escribir y la segunda antes de tomar a tu madre. Tuve una visión terrible y al observarla oré al Señor. Yo estaba acostado en la casa de mi abuelo Mahalalel y vi en una visión cómo el cielo colapsaba, se soltaba y caía sobre la tierra. Cuando cayó sobre la tierra, vi la tierra devorada por un gran abismo, montañas suspendidas sobre montañas, colinas abatidas sobre colinas y los grandes árboles separados de sus troncos, arrojados y hundidos en el abismo."
Libro de Enoc, capítulo 83
En el segundo sueño de Enoc, narra la descendencia desde Adán hasta Noé, cuenta la historia narrada con animales cómo sería el diluvio y la supervivencia de Noé nuevamente, parece tener un afán sobre este tema, pues varias de sus visiones son sólo sobre ello. Debemos entender también que en la época de Enoc, la glaciación estaba llegando a su fin, que fue el motivo por el cual el diluvio se hizo realidad. El mar Negro se formó tras el deshielo de la última glaciación que llevó consigo el hundimiento de grandes cuencas terrestres. Anteriormente el mar Negro fue un lago cerrado de agua dulce, cuya superficie era de dos terceras partes de su tamaño actual. Existen pruebas de que el mar se inundó de forma repentina de agua procedente el mar Mediterráneo. Se hallaron restos de moluscos de hace 7.500 años, cuando el mar Negro era un lago dulce. Las tablillas babilónicas que contienen la historia completa de la inundación se han fechado alrededor del año 650 a.c. Sin embargo, partes de la historia se han encontrado en tablillas datadas a partir de aproximadamente 2000 a.c. Esa cuenca era el antiguo asentamiento de Enoc y Noé, por lo que es considerable que para ellos se asemejara al fin del mundo. También se poseen dudas de si Enoc lo soñó de verdad o fue una parábola de la verdadera historia que leyó de Gilgamesh, ya que la historia de Noé no es otra cosa que una copia hebrea de la realmente historia sumeria, haciendo creer al hombre que Dios les dijo aquello para su salvación.
"He aquí que se abrieron los depósitos de agua del interior de la tierra y comenzaron a brotar y a subir las aguas sobre ella. Seguí mirando hasta que la tierra fue cubierta por las aguas, por la oscuridad y por la niebla que se cernía sobre ella. Los toros fueron sumergidos, alejados y aniquilados en aquellas aguas. El barco flotó sobre las aguas, pero todos los toros, asnos salvajes, camellos y elefantes se hundieron en las aguas."
Libro de Enoc, capítulo 89