sábado, 20 de mayo de 2017

Primer Libro de Adán y Eva, parte 6

Libro apócrifo de Adán y Eva
    En la continuación de nuestro estudio, seguimos viendo y verificando algunos datos sorprendentes. Tras el desconcierto de cómo Adán podía tener sentido del tiempo y de la hora, ahora en este capítulo nos tomamos con una descripción detallada del infierno. 
    Sería la primera imagen de los infiernos en un apócrifo, por delante de los que relata la Biblia. En el capítulo 45, nos narra como Satanás ha intentado anteriormente matar a Adán y Eva quemándolos vivos en un incendio provocado. Un fuego se propaga cerca de donde Adán vive y le ora a Dios, este le contesta cómo resultaría de semejante la peste, el calor y el desespero si sus descendientes siguen a Satanás. La palabra infierno que emplean la traducción católica de Félix Torres Amat, la versión de Cipriano de Valera y otras para traducir el término hebreo she'ól y el griego hái•dēs. Según muchas religiones, el Infierno es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. En la teología católica, el Infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. No se le considera un lugar sino un estado de sufrimiento. Las religiones con una historia divina lineal a menudo conciben el Infierno como infinito, en cambio las religiones con una historia cíclica suelen mostrar el Infierno como un período intermediario entre la reencarnación.

"Dios también dijo a Adán, "Mira este incendio provocado por Satanás alrededor de la cueva; mira todo esto que te rodea y que estará presente para ti y tus descendientes, cuando obedezcan sus órdenes, pues estará esta peste cuando bajen a los infiernos, después de muertos. Y verás la potencia de su fuego, que quema a su alrededor y también de tu descendencia. Y tu no serás librado de él, sino hasta que yo venga a ti."
                                                                                     Libro de Adán y Eva, capítulo 45, apartado 9-11

    En el capítulo 47, aun vemos como siguen las llamas y Adán y Eva sienten un miedo atroz al infierno ahora conocido por la palabra de Dios. Entonces se refleja la pena de Lucifer ante la escasa ayuda que tuvo. Luficer compara su pecado con el de Adán y se pregunta odiando, por qué a Adán lo salvará y a él no. Citando textualmente: "Sin embargo, Satanás, que odia a todos los buenos, pensó para si mismo diciendo: Considerando que Dios ha prometido salvación a Adán, a través de un pacto y que a pesar que permite que sufran todas las dificultades que le sobrevienen, les ayuda; pero a mí no me ha prometido pacto, ni me ayuda en mis penurias, sin embargo le ha prometido a él que les dará el reino que antes tuvieron, para que vivan junto con sus descendientes; entonces voy a matar a Adán." Llama la atención ver como Satanás siente odio hacia Dios, no por su expulsión, sino porque piensa que lo dejó solo, que no lo ayudó que lo desterró de su amor, lo que conlleva a los continuos intentos de asesinatos de Adán y Eva para vengarse de su herida. Satanás se le aparece en varias ocasiones, esta vez intenta reducirlos y se crea otro conflicto entre ambos. En el apartado 7 del capítulo Dios le dice a Adán y Eva que el terreno también se redujo en virtud de los mismos.

"Y lo hicieron como les dijo. Pero a medida que la roca caía de la montaña hacia Adán y Eva, Dios mandó que la roca se convierta en una cúpula sobre ello para que no les hiciera daño; y así fue, como Dios lo ordenó. Pero cuando la piedra cayó, toda la tierra tembló con él, y fue sacudido por el tamaño de la roca. Y ya que tembló y sacudió, Adán y Eva se despertaron del sueño, y se encontraron bajo una cúpula de roca. Pero ellos no sabían lo que había ocurrido, porque cuando se durmieron, estaban bajo el cielo y n o bajo una cúpula, y cuando la vieron se asustaron."
                                                                                     Libro de Adán y Eva, capítulo 47, apartado 7-10

    En el capítulo 53, nos damos cuenta de algo fascinante, la predicción de la inundación que sufrirá Noé, o en versión sumeria, Gilgamesh. 
  La comunidad científica jamás ha dado por verídica la hazaña de Noé ni tampoco que se produjera una lluvia de semejantes proporciones, aunque una amplia parte de ella sí que considera probable una gran inundación en la Antigüedad que diera lugar a la leyenda. La teoría más compartida ha sido formulada por los geólogos marinos William Ryan y Walter Pitman. Sostienen que el fenómeno se habría producido hace 7.500 años en lo que hoy conocemos como Mar Negro, en aquel tiempo un lago de agua dulce de mucho menor tamaño y habitado en sus orillas. De algún modo, el Mediterráneo se habría abierto paso a través del Estrecho del Bósforo, haciendo crecer el caudal del Mar Negro a un ritmo de entre 15 y 30 centímetros por día. Basan su teoría en el hallazgo tanto de fósiles de moluscos de agua dulce como salada contemporáneos en un mismo espacio, algo imposible de explicar. A Gilgamesh se le atribuía la construcción de las poderosas murallas de la ciudad, según menciona una inscripción del rey Anam de Uruk, datada hacia 1825 a.C. con otra narración sumeria que se ha hecho famosa, el relato del Diluvio. 

"Adán, a la frontera occidental ha de ir un descendiente tuyo que tendrá que descender e ir al desfiladero por sus propios pecados y se rendirá a las órdenes de Satanás y seguirá sus obras. Por lo tanto voy a traer sobre su descendencia una gran inundación de aguas que los abrumará a todos. Pero haré que los justos sean librados y los llevaré a un lugar lejano, y esta tierra donde ustedes viven quedará desolada y sin habitantes."
                                                                                       Libro de Adán y Eva, capítulo 53, apartado 6-8

No hay comentarios:

Publicar un comentario