sábado, 27 de mayo de 2017

Segundo Libro de Adán y Eva

Libro apócrifo de Adán y Eva
    El pensamiento común, es que toda la humanidad proviene de una misma madre y un mismo padre; pero esto no es así. 
     Para entender este misterio debemos tener en cuenta que el libro de Génesis esta relatado en símbolos y solo dentro de la Biblia y de los libros apócrifos podemos encontrar la verdad. Sin embargo nos adentraremos en los libros de Adán y Eva como hemos estado haciendo hasta ahora. En nuestra entrada analizaremos el segundo libro de ambos y veremos la realidad que no fue contada en la Biblia por culpa de Constantino I quién mintió diciendo que todo lo que estaba dentro era satánico y lo que estaba dentro de Dios, siendo eso una vil mentira que se ha transmitido de generación en generación por personas incultas de la época. En el capítulo 5, nos damos cuenta de algo muy curioso, vemos como claramente se usa la palabra Elohim. Es una palabra hebrea de la cual muchos eruditos judíos y eclesiásticos indican que sería el plural mayestático, o el superlativo de Dios. La manera de interpretar, entender y diferenciar Elohim, ya que se refiere a Dioses. Cuando se hablaba del verdadero Dios y no de falsos dioses, El, y por ende también su forma derivada Elohim, debe haber denotado el único y verdadero Dios. Según algunos escolares, la forma Elohim en plural "los dioses" puede ser un residuo de politeísmo vigente en Canaán y heredado por los judíos hacia cuando se estaba escribiendo el Pentateuco. También vemos la aparición de Set, el quinto y último hijo de Adán y Eva. Set fue el hijo de Adán y Eva, que nació después de que Caín matara a Abel, Dándole el nombre de Set porque Dios les sustituyó a su hijo Abel que había muerto en manos de Caín, los primeros seres humanos según el judaísmo, el cristianismo y el islam. 

"Tú te quedarás en nuestro mundo, y descansarás de este mundo y su miseria, tú nunca más te sentirás debilitado y cansado, tú nunca mas traerás una ofrenda, ni peticionar misericordia, porque tú no cometerás más pecados ni serás desviado por pasiones. Y si tú me hicieses caso a lo que yo te digo, tú tomarás para ti una de mis hijas, porque con nosotros no es pecado hacer eso, ni se considera lujuria de animal. Porque en nuestro mundo nosotros no tenemos ningún Elohíym, sino que nosotros todos somos elohíym. Nosotros todos somos de la luz, celestiales, poderosos, fuertes, y honorables.”
                                                                                      Libro de Adán y Eva, Capítulo 5, apartado 9-11

      En el capítulo 7, Set se casa con su hermana Aklia. Adán piensa que si se casan entre parientes, la raza buena y pura seguirá, sin embargo, si se casan con otros se desviarán al camino del mal, como hizo su hijo Caín, que se le considera maligno por el asesinato y se casó con alguien que no era de su familia. En la región de Nod, al oriente del Edén, Caín se casó con su esposa, una mujer de una tribu. 
La explicación más verosímil sobre el origen de la tierra de Nod es que su nombre provendría de la palabra hebrea Nodedim que significa: fugitivos. Es precisamente la palabra Nad, con la que se designa a Caín en el texto bíblico original. La idea primitiva de Adán para con Set es bastante conocida en la historia, a lo largo y ancho de la historia humana, por razones de Estado, se supone que es más fácil concentrar y perpetuar el poder entre una familia o dinastía. La cuestión del incesto ha sido un referente universal acerca de la preferencia de las relaciones de parentesco fuera del grupo social de origen. Culturalmente consiste en la práctica de relaciones sexuales o el establecimiento de vínculos de parentesco entre individuos previamente relacionados entre sí de esta manera, bien sea mediante alianza. Adentrándonos un poco más, podemos ver como la predicción del diluvio que Dios le pasó a Adán, este se la pasa a su hijo Set, le advierte a él y las siguientes generaciones, tanto hijos de Set como nietos, de modo que no sería de extrañar que si Noé construyó el arca, fue porque ya estaba avisado por generaciones anteriores del supuesto Diluvio. 

"Pero ahora, Oh Set, colócate a la cabeza de tu pueblo, tiéndelos y vigila sobre ellos en el temor de Dios, y dirígelos en el buen Camino. Entonces, otra vez, separa tus hijos y los hijos de tus hijos de los hijos de Caín; nunca les permitas a ellos jamás mezclarse con esos, ni se acerquen a ellos ni en sus palabras o en sus obras.”. Entonces Adán permitió su bendición descender sobre Set, y sobre sus hijos, y sobre todos los hijos de sus hijos. Él entonces se viró a su hijo Set, y a Eva su mujer, y les dijo a ellos, “Preserva este oro, este incienso, y esta mirra, que Dios nos ha dado como un símbolo; porque en días que están viniendo, un diluvio inundará la creación entera. Pero aquellos quienes entrarán dentro del arca llevarán con ellos el oro, el incienso, y la mirra, juntos con mi cuerpo; y acostarán al oro, el incienso, y la mirra, con mi cuerpo en el medio de la tierra."
                                                                                    Libro de Adán y Eva, Capítulo 8, apartado 14-18

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